martes, 11 de noviembre de 2014

El desplome del "blue"

Sorprendentemente para muchos, y me incluyo, el dólar “blue” se desplomó en las últimas semanas alrededor de $3, o sea, muchísimo (alrededor de 20%). Bajó de un poco más de $16 a $13 por dólar. Lamentablemente, esto no  está pasando porque hubo cambios en la políticas económicas de fondo (de hecho, la inflación y el déficit siguen siendo muy elevados), sino gracias a otras causas que espero poder explicar.

Los controles no son responsables de esta caída

Antes que nada quiero aclarar algo que se puede leer mucho en los diarios, a saber: “Gracias a los controles, el Gobierno logra bajar el dólar blue”. Esto no tiene sentido ya que, si multás a las cuevas que venden dólares, lo que haces es que haya menos vendedores y que conseguir los billetes sea más difícil. Por lo tanto, se logra que el precio suba y no que baje. En el mejor de los casos, los controles pueden trasmitir miedo a los compradores, bajar la cantidad de compraventas en el mercado blue y mantener el precio que ya existe; no tendría por qué bajar el dólar por la existencia de inspecciones. Prueba de esto es Venezuela, país donde los controles al dólar paralelo son extremos y el precio de su dólar blue es de 15 veces el del dólar oficial (por otros factores también).

Kicillof con Alejandro Vanoli, el nuevo presidente del Banco Central, y un mate.

Se volcaron más dólares en la economía

A través de lo que se conoce como “dólar ahorro” (dólar oficial + 20%, que solo pueden comprar las personas que ganan más de $8800 por mes), el gobierno vendió en las últimas semanas más de USD 500 millones a los ciudadanos a pie. Muchas personas que tienen acceso a este beneficio aprovechan la diferencia que hay entre el precio que pagan por el “dólar ahorro” y el dólar “blue” y venden estos billetes en el mercado paralelo. El gobierno entonces aumenta la oferta de dólares en el mercado paralelo, haciendo así que el precio baje.

El principal problema de este mecanismo es que el país sacrifica muchas reservas por mes y entrega una ganancia fácil a los más ricos.

Se sacaron pesos de la economía

Acá la parte más complicada, pero que muchos coinciden que es la más importante para explicar la caída del dólar. En el ministerio de economía decidieron bajar el ritmo de emisión de pesos. Pero para seguir financiando el déficit del país, decidieron pedir pesos prestados a los ciudadanos. Más precisamente se hizo a través de los que se llama un bono “dólar linked” a dos años. Vos le prestás al gobierno el equivalente en pesos  a 100 dólares oficiales ($850) y el país te devuelve en dos años el equivalente a 106 dólares oficiales ($106 multiplicado por el valor del dólar oficial en ese momento). Esta inversión resulta muy atractiva para los argentinos porque se espera que el próximo gobierno unifique el mercado, acabe con el dólar paralelo y se reciban directamente los dólares.

Repasemos entonces: Hoy tenés 65 dólares en billetes. Los cambias en el mercado paralelo por $850. Se los das a este gobierno y el próximo gobierno te va a devolver 100 dólares. Una ganancia en dos años del 53% en dólares. Nada mal, aunque corres el riesgo de que el próximo gobierno no unifique tan rápidamente el mercado de cambios.
   
La cuestión es que el gobierno sacó con el bono “dólar linked” más de $7500 millones de la economía y se espera que a fin de año sean más de $20000 millones. (Para que se den una idea esto es un poco menos del 10% del déficit financiero total nacional). El gobierno evita así que todas esas personas vayan con sus pesos al mercado paralelo, aumenten la demanda y suban el precio del “blue”.

Al igual que con el dólar ahorro este mecanismo le va a costar mucho pagar a los argentinos en algunos años, nuevamente a costa de otorgar beneficios extraordinarios a los más ricos.

Entonces

A pesar de algunas buenas noticias (las reservas subieron el mes pasado, van a llegar dólares del campo en los últimos meses y algunas otras),  el dólar "blue" no bajó porque el gobierno hizo grandes cambios, sino porque decidió endeudarse.
Cuando un país tiene déficit tiene dos opciones: Emitir o endeudarse. La emisión tiene el problema que puede generar inflación – y de esto sabemos muy bien–, y el endeudamiento tiene el problema de que en algún momento se tiene que pagar. Lo que pasó este último mes es que el gobierno decidió dejar de lado un poco de emisión (ojo, sigue siendo muy alta) para pasar a tener un poco más de endeudamiento.

La base del problema, el déficit, sigue estando, y eso no va a cambiar hasta el próximo gobierno.

jueves, 9 de octubre de 2014

Más que una pasión

Por Francisco Argerich

      Este año, Ángel Di María fue transferido al Manchester United por un total de 75 millones de euros, algo así como 1.029.530.000 pesos. En los últimos balances que se dieron a conocer de los 5 grandes del  fútbol argentino se puede ver que la suma de sus deudas da un total de casi 1.120.840.000 pesos, es decir, casi la misma cifra. Increíble.

Dos tipos de clubes

Las deudas millonarias no son solo de los clubes argentinos. El Barcelona y el Real Madrid adeudan alrededor de 900 millones de euros. Sus números siguen ser muy claros debido a su poca transparencia económica. En España, hace algunos años, se propuso una ley de “Fair Play Financiero” en la que los clubes de primera y segunda división que hayan tenido balances negativos en el último tiempo, se convertirían en Sociedades Anónimas Deportivas (S.A.D.) ¿Qué es una S.A.D.? Se trata de una sociedad de responsabilidad limitada, con fin de lucro, y cuyos dueños lo son a través de títulos o acciones. Al tener responsabilidad limitada, los accionistas no responden con su patrimonio personal, sino únicamente con el capital aportado. A pesar de esto, hay varios casos en los que los dueños si aportan parte de su dinero personal a las arcas del club, sacando una ventaja económica.

A partir de esto, se trató de mejorar la transparencia económica y jurídica de los clubes y abrir la puerta a posibles salidas a la bolsa. Al día de hoy, solo cuatro equipos no son S.A.Ds en España. Sí, adivinaron, ni el Real ni el Barça lo son, tampoco el Bilbao, ni el Osasuna. Estos son considerados Sociedades Deportivas No Mercantiles y tienen permitida la confidencialidad de sus balances a hacienda. Así, se puede explicar como se pudo ocultar  toda la verdadera situación del caso Neymar. También hay muchos negocios con Qatar por parte del Barcelona que no están muy claros. El Real Madrid también está entrando en cercanía al mundo árabe a tal punto de que ya hay una oferta concreta para cambiar el nombre de su estadio a “Abu Dhabi Bernabéu”.

Esta ley sigue siendo muy polémica en España porque la regulación de las S.A.D. no se está haciendo de forma correcta. Se trata de la misma manera a clubes como el Éibar que es un club “chico” y al Valencia que es uno de los grandes del país cuando, cada uno tendría que tener maneras diferentes de manejar su economía. Además, que los dos clubes más importantes y que más dinero mueven del país no estén involucrados en esto genera desconfianza.

Magnates al poder

En los últimos años ocurrió en varias ocasiones que grandes magnates compren clubes. Algunos casos son los de Abramovich con el Chelsea o jeques el Manchester City y el PSG de Francia. Voy a volver al Manchester United y su caso particular. En 2005, Malcom Glazer compró el club a través de un “Leverage buyout”, es decir, comprar una empresa con la ayuda de capital externo para así alcanzar la suma necesaria. Lo hizo por 800 millones de libras, pero más de la mitad  no vino de su bolsillo. Con esto la deuda de Glazer incrementó notablemente.

Simpático hincha con una careta de Malcolm Glazer

Para poder sanear su economía decidió sacar al club a la bolsa de valores, y así, con esos ingresos, poder empezar a pagar intereses y parte de su deuda. Esto no salió como esperaban y Glazer tuvo que desembolsar 220 millones de libras propias. Con el incremento de la deuda, en 2012 decidieron volver a intentar la bolsa. Los resultados fueron increíbles. El nuevo y mejor manejo del club en la mayoría de sus facetas logró su cometido, ganar nuevos accionistas. A partir de entonces, tiene una tasa de crecimiento anual de 10,2% y se convirtió en el tercer club con más ingresos (adivinen detrás de quién: Si, Barcelona y Real Madrid). Siguiendo con sus políticas expansionistas también se volvió el club con más ingresos por patrocinio (tiene 35 patrocinadores).

Socios al poder

Ahora bien, ¿Quién es el multimillonario dueño del equipo blaugrana? ¿Y del Real? Te doy una pista, es mas de uno. Otra, son mas de cien. Son 153.458  y 96.989 respectivamente, se los conoce como socios, y eligen a un representante que será el presidente del club. Pero no por eso se reduce el gran poder que tienen.

Los últimos dos presidentes del Barcelona, Joan Laporta y Sandro Rosell, pueden mostrar esto claramente. En el caso del primero, la negligencia en la gestión deportiva del primer equipo de fútbol (nadie estaba de acuerdo con el despido de Frank Rikjaard por entonces) y de las secciones profesionales, la venta de patrimonio y la publicidad en la camiseta con coste económico (Unicef) sin el permiso de los socios llevó a que se hiciera una moción de censura. Esto consistió en hacer unas elecciones nuevas en las que Laporta no pudiera participar. En el caso del segundo, se forzó su renuncia por todo el ocultamiento de los detalles de la compra de Neymar, malversaciones de dinero y los ya mencionados poco claros contactos con el mundo árabe. Ambos actuaron como si el club fuera una S.A.D., con políticas globalizadoras. Pero la fuerte identidad que tienen los socios con su club no estuvo para nada de acuerdo con esto y lo hicieron saber.  

Florentino Pérez está en su segundo mandato como presidente del Real Madrid. A pesar de sus fuertes tendencias hacia lo comercial y expansionista, es apreciado por los socios. Sin embargo, con las recientes ventas de jugadores (Di María y Xabi Alonso) y  el nuevo contrato de patrocinio con un Banco de los Emiratos Árabes, la gente se mostró enojada. Ninguno está a salvo.

Si digo que el fútbol es un negocio no estoy inventando nada. Hay temor que la llegada de los magnates traigan consigo una desnaturalización del deporte, ya que sus intereses pueden afectar seriamente a los clubes. Acá, en Argentina, los clubes no pueden tener dueños si no que son manejados por representantes elegidos por sus socios. Sin embargo, tuvimos un caso algo parecido como fue el de San Lorenzo con Tinelli. Este vendría ser un caso ideal en el que hay plata invertida desde afuera pero los socios siguen siendo los que manejan el club. Lo que sucede es que cuando los billetes están arriba de la mesa, es difícil no seguir su rumbo.



jueves, 2 de octubre de 2014

Cuando menos es más

(Este post se basa mayoritariamente en los problemas trabajados por el psicólogo norteamericano Barry Schwartz)

Domie Sharpin                 


En el mundo occidental se cree firmemente en que las personas son más felices mientras más libertad tienen. El capitalismo, el sistema económico de esta porción del mundo (y un poco más también), se basa íntegramente en esta filosofía de la libertad individual como herramienta para estructurar la economía: Los individuos, buscando su propio interés y siendo dejados actuar libremente, van a lograr mover los recursos de manera más eficiente que cualquier planificación estatal.
La teoría económica plantea muchos casos en los que esta sentencia no se cumple y gracias a eso los estados/gobiernos fueron ganando poder para intervenir en la economía. Sin embargo, muchos aspectos del capitalismo aún permanecen poco criticados o al menos con una crítica poco difundida.    

                 La paradoja de la elección
Todos creemos que siempre vamos a estar mejor teniendo más opciones entre las que elegir algún bien. Por ejemplo: Supongamos que vamos a una heladería y hay solo helado de chocolate y vainilla y elegimos el primero. Si a la otra semana tenemos disponibles todos los gustos de la heladería, de ninguna manera estamos en una peor situación que antes. Si nos gusta mucho el chocolate lo vamos a reelegir, pero, si preferimos alguno de los gustos nuevos, vamos a cambiar y estaremos más contentos que con el helado de chocolate.
La ecuación parece simple: Más opciones para elegir, mejor vamos a satisfacer nuestros gustos y más felices vamos a ser. La industria entonces se ha concentrado en ofrecer cada vez mayores cantidades de productos, y variedades de estos, para satisfacer mejor la demanda de los ciudadanos. Pero, sin embargo, tener más opciones muchas veces es perjudicial y en muchos casos es sinónimo de una posterior insatisfacción con lo adquirido.

                 No me dejes elegir
En primer lugar, una gran cantidad de opciones nos hacen perder tiempo a la hora de elegir la favorita. Esto se puede multiplicar mientras más complejo o caro sea el producto. Si queremos comprar una notebook nueva, probablemente primero miremos muchos catálogos, vayamos a muchos locales, probemos modelos, preguntemos precios, garantías, etc. No solo tenemos que buscar el mejor producto, sino también la mejor relación calidad/precio y esto nos puede tomar muchísimas horas.
Segundo, la enorme variedad de bienes nos puede llevar en los casos más extremos a, finalmente, no comprar nada. Muchas opciones pueden marearnos hasta el punto de no terminar sabiendo cual es la mejor y así cansarnos y finalmente no elegir ninguna opción. (La académica norteamericana Sheena Iyengar de la Universidad de Columbia demuestra esto en trabajos realizados con chocolates pero también con opciones de planes de ahorro)
Por último, y lo más importante, cuando tomamos una decisión entre una enorme cantidad de opciones terminamos menos satisfechos con nuestra elección que cando hay pocas alternativas. Esto tiene muchas razones, a saber:
Las expectativas que tenemos alrededor de los productos que finalmente compramos se elevan a medida que la cantidad de opciones crece.  Con tantos productos disponibles, el que elijo tiene que ser perfecto, tiene que ser el que cuadre perfectamente con mis gustos. Expectativas más altas son más difíciles de satisfacer y bajan la posibilidad de que tengamos sorpresas positivas.
Además, con tantas opciones, cada vez que elegimos una, dejamos de lado muchas otras. ¿A quién nunca le pasó de ir a un restaurant, recibir un extenso menú con muchas comidas tentadoras, elegir finalmente el plato y a la hora de verlo, o probarlo, lamentarse por no haber pedido otra de las opciones? Muchas posibilidades aumentan lo que los economistas llamamos “costos de oportunidad”, estos son aquellos beneficios que dejamos de lado por hacer lo que hacemos y no otra cosa.
Por último, cuando las opciones son pocas, la responsabilidad de cualquier defecto en el producto es del que ofrece esos productos, es del mundo exterior. Cuando las alternativas son muchas la responsabilidad de que el producto sea perfecto es nuestra porque el producto ideal existe, solo que no lo tengo por haber elegido mal. Es fácil ver que podríamos haber tomado otra decisión y nos castigamos con el arrepentimiento, incluso cuando lo elegido fue bueno o mejor que lo que antes teníamos.
Si bien algunas opciones son mejores que una, muchas posibilidades no siempre son mejores que algunas pocas. Probablemente el producto elegido con muchas opciones sea mejor que el que tenemos con pocas de ellas, pero eso no siempre va a hacer que estemos más contentos con nuestra decisión final.

Para cerrar
Algunas empresas pudieron entender este problema y han reducido su cantidad de opciones al público. Un claro ejemplo es la empresa McDonald´s que, pudiendo producir cientos de tipos de hamburguesas y productos, reduce la cantidad ofrecida a unos pocos combos. Otra empresa que tiene poca variedad de productos es Apple. En el caso de los teléfonos es muy claro: en 8 años (2007-2014) lanzó “solamente” 10 modelos.
Pero estas son excepciones en un mundo donde la extrema competencia y la globalización obligan a la innovación permanente. El psicólogo antes mencionado Barry Schwartz nos da un concejo ante esta situación: Mantengan bajas sus expectativas. No pretendan que lo que elijan va a ser lo mejor, comprendan que es fácil equivocarse con tantas opciones y que es casi imposible que un producto sea mejor que todos los demás en todos sus aspectos.



Hoy te debo el poema, pero te dejo un link de la charla TED de este psicólogo
http://www.ted.com/talks/barry_schwartz_on_the_paradox_of_choice

lunes, 22 de septiembre de 2014

Así estamos país

El país está transitando un año muy complicado en materia económica. Es, sin duda, el peor año de todo el periodo kirchnerista. La inflación de este año va a ser cercana al 40%, el PBI (producción total de la economía) va a caer alrededor de 2,1%. Como consecuencia de esto, va seguir subiendo el desempleo y subsiguientemente, la pobreza. A parte los problemas internos, el conflicto con los fondos buitres no está cerca de solucionarse.
Mientras tanto, el gobierno no está tomando ninguna medida importante para aminorar los problemas internos; a grandes rasgos la política económica del gobierno sigue siendo la misma: No reconoce el verdadero nivel de inflación y le atribuye las culpas a los empresarios, el gasto público crece a un ritmo altísimo (cerca del 50% con respecto al año pasado, o sea, más que la inflación) y la presión de los impuestos sigue siendo muy alta.
A continuación, un resumen de algunos de los temas más importantes de las últimas semanas. 



El gabinete sin corbata de economía

Subida del dólar blue

Como ya comenté en algún pasado post, este precio no es un indicador seguro del verdadero valor que tendría que tener el dólar. Es, más bien, un indicador de la confianza en el peso que tienen los argentinos que ahorran. Mientras mayor sea el miedo a la devaluación y al crecimiento de la inflación, más rápido irán a comprar dólares al mercado paralelo y más rápido va a subir el precio.  Varios economistas coinciden en que ese precio está un poco alto. Es un precio político, es el precio que pagamos los argentinos por la desconfianza que existe en los sectores con mayor poder adquisitivo hacia las políticas que lleva adelante el ministro de economía.
Sin embargo, no hay que dejar de mencionar que hay muchos grupos financieros que se benefician con esta brecha de precios. Al mismo tiempo, los medios le dan demasiada importancia y crean un clima negativo que empuja a más personas a querer comprar, y a hacerlo rápido.

Ley de abastecimiento

El gobierno logró la aprobación sin problemas de esta polémica ley. La gran mayoría de los empresarios, las cámaras que los agrupan y toda la oposición la califica como “un disparate”. Cualquier empresario se va a oponer a ser controlado, más aún, la oposición califica todo lo que hace el gobierno con la misma palabra. Por esto me tomé el trabajo de leer los puntos más importantes de la ley. Expliquemos que tiene de nuevo con respecto a la anterior.
Por una parte se le da al estado la posibilidad de intervenir en cualquier transacción que el gobierno entienda que esté orientado al bienestar general de la población. Esto es un tanto ambiguo, es decir, no se especifican las posibilidades de intervención ni los criterios para considerarlo “orientado al bienestar general de la población”. Este punto da demasiado poder al estado.
Por otra parte se le da al  gobierno la posibilidad de establecer precios máximos y mínimos. Esto es algo que el gobierno ya venía haciendo en buena medida, así que no es ninguna novedad. Además, el estado ahora va a poder determinar los márgenes de ganancia para las empresas. Esto es un tanto impracticable porque muchas veces ni las empresas saben el margen de ganancia que les brinda cada uno de sus productos, así que va a ser muy difícil que el gobierno intervenga de esta manera.
Lo más grave, desde mi punto de vista, es la clausura o multa para aquellos establecimientos o empresas que suban mucho los precios, acaparen mercadería o “obtengan una ganancia abusiva”. ¿Cuál es el criterio para decir que una ganancia es “abusiva”? ¿Aparece cuando al consumidor no le queda otra opción? ¿Algún empresario no va a subir los precios si las personas siguen pagando por ello? La ambigüedad de la ley es lo que permite suponer que puede llegar a ser utilizada por el estado como herramienta de coerción y que no respeta la libre empresa.
Cualquier gobierno se debería ocupar de fomentar la producción y de aumentar la competencia entre las empresas antes que controlarlas. A mayor cantidad de empresas, menos aumentos injustificados de precios.
De todos modos, debemos esperar a que la justifica ratifique la constitucionalidad de ley. Y eso va a tardar más tiempo de lo que le queda a este gobierno.

En que andan los buitres 

El gobierno aprobó en el congreso la llamada ley "de pago soberano". La idea básica de esta norma es lograr que los acreedores del país que tienen bonos sometidos a la ley de Estados Unidos (es decir, sometidos al bloqueo impuesto por el juez Griessa), los cambien por otros que se encuentren bajo ley argentina (o bajo ley francesa para dar más seguridad). Es un intento de gambetear a los buitres.
Por un lado, esta ley muestra voluntad de pago: “La Argentina está dispuesta a pagar a todos sus acreedores pero es el juez Griessa el que no nos deja pagar. Cambien sus bonos y les vamos a poder pagar lo mismo y en los mismos términos que antes”.  Por otro lado muestra que el país no tiene intención de pagarle a los fondos buitres ni de arreglar con ellos alguna forma de pago, lo que parece ser una forma de querer esquivar un fallo firme de la justicia de Estados Unidos.
Uno de los problemas que presenta esta ley es que hay muchos acreedores que no son personas físicas sino sociedades y fondos de inversión. En muchos casos, estos grupos tienen prohibido tener activos en el extranjero. Por lo tanto, algunas sociedades estadounidenses que tengan bonos argentinos no los van a poder cambiar por más que quieran. Otros, simplemente, no van a querer hacerlo.
A los fallos hay que cumplirlos todos, tanto los de acá, como los de allá. Argentina apeló y perdió y ahora en algún momento va a tener que cumplir, ya sea ahora, en un año o el gobierno que venga. En algún momento vamos a tener que pagarle a los fondos buitres; no vamos a poder estar en default por siempre.
A pesar de las críticas que recibió esta ley por parte de la oposición fue apoyada por varios economistas no kirchneristas como Domingo Cavallo y Lucas Llach.


En épocas de parciales
rimar se pone difícil.
La creatividad en crisis;
las neuronas: vegetales.

Las noticias principales
no siempre son las mejores.
Lo lamento mis lectores,
serán mejores el día
que el bloguero economista
sustituya a estos traidores.

jueves, 4 de septiembre de 2014

De dólares y devaluaciones - Parte 2

Dólar blue, dólar oficial, dólar ahorro, dólar turista, contado con liqui, etc. Le debemos pura y exclusivamente al cepo cambiario esta diversa cartera de moneda extranjera. En un país normal alcanzaría con lo que dije en el post anterior para entender ligeramente la importancia que tiene el valor del dólar. Pero en Argentina; como en Venezuela, en Afganistán y en los países comunistas; la venta de dólares al público al tipo de cambio oficial está prohibida.

Pido perdón por la extensión,
pero de esto hablaré a continuación:
Historia del cepo, de 2011 hasta hoy.
De los tipos de dólares daré explicación.
Más una propuesta de solución
para salir de esta situación.

El cepo
Corría el mes de octubre de 2011 y algunas empresas y empresarios corrían a los bancos. El gobierno acuso a los especuladores de siempre de realizar una corrida bancaria pero la realidad era que el dólar estaba tremendamente barato. (Por ese tiempo cotizaba a 4,25; en los dos años anteriores se había devaluado un 11% mientras que la inflación acumulada había sido de un 55% aproximadamente. O sea, todo valía más excepto el dólar). Con un tipo de cambio que se venía apreciando mucho en los años anteriores no era la oligarquía la que pedía una devaluación, sino la economía en general.
Por motivos ideológicos y políticos el gobierno se negó a devaluar, pero todavía tenía que encontrar una solución a la fuga de dólares. Una solución que no sea subir su precio. Si bien existían reservas suficientes para demorar más la decisión y seguir sosteniendo el dólar barato, dispusieron establecer el cepo cambiario. Automáticamente se creó el mercado paralelo de dólares, la demanda por dólares aumento por el miedo de los ciudadanos a una devaluación, los exportadores empezaron a atrasar sus ventas al exterior y los importadores a adelantar sus compras temiendo un dólar más caro en los siguientes meses. Las reservas pasaron de ser 52 mil millones de dólares a principios del 2012 a 30 mil millones a fines de 2014 y nuestro principal problema hoy es la falta de dólares en el estado, algo extraño teniendo en cuenta que somos uno de los países con mayor cantidad de dólares per cápita en poder de los habitantes.
El cepo genero todo tipo de desequilibrios en la economía. Los viajes al exterior y los bienes importados se abarataron relativamente porque mientras la inflación seguía, el dólar oficial se mantenía. Muchas personas comenzaron a aprovechar estas diferencias para viajar y se acrecentó la salida de dólares también por la vía del turismo. Nacieron los viajes fugaces a Uruguay para sacar dólares de cajeros automáticos, pagarlos al dólar oficial o con un leve recargo y venderlos en el mercado paralelo.
La brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo se mantuvo siempre alta y nunca dio la posibilidad de volver a unificar el mercado. Los argentinos no sabemos realmente cuánto valen nuestros bienes porque no sabemos qué valor del dólar es el verdadero.

Los mil y un dólares
Para que se entienda un poco más esto voy a explicar algunos de los tipos de cambio que tenemos hoy en nuestro país.
·Dólar oficial: Es el tipo de cambio con el que se maneja gran parte de la economía. Los importadores pagan este valor por lo que traen de afuera y los exportadores reciben esa cantidad de pesos por lo que exportan. Por último, si algún extranjero quiere invertir legalmente en nuestro país va a tener que aceptar que le paguen este tipo de cambio, bastante menos que lo que podría conseguir en el mercado paralelo.
(Aclaración: los sojeros no reciben dólares billetes por lo que exportan sino que les pagan el equivalente en pesos, es decir, el estado se queda con todos los dólares que entran al país por el comercio. Tranquilos, esto es así en todos lados).
·Dólar blue o paralelo: Es el mercado completamente libre, aunque ilegal, donde cualquier persona puede comprar sin restricciones. Es un mercado muy chico y es usado por muchos para especular. Importante: no refleja necesariamente el valor que debería tener el dólar si no existiese el cepo.
·Dólar ahorro: A principios de este año el gobierno habilito a las personas que ganan al menos dos sueldos mínimos a comprar dólares al tipo de cambio oficial más un recargo del 20%. Una medida que ayuda a los que más tienen pero que baja la demanda de dólares en el mercado blue.
·Dólar turismo: Dólar oficial más 35% de recargo. Es el precio que pagan las personas por retirar moneda extranjera en cajeros o por comprar algo con tarjeta en el exterior.
·Dólar fuga, bolsa o contado con liquidación: Mecanismo que utilizan grandes empresas y empresarios a través de la bolsa para hacerse de dólares legales a un precio más barato que el dólar blue.

Una posible solución
Un paso que se podría dar en favor de la unificación del mercado del dólar sería el desdoblamiento formal y legal del tipo de cambio. En palabras sencillas: legalizar el mercado paralelo. El dólar oficial seguiría existiendo como existe ahora, cumpliendo sus mismas funciones y seguiría estando regulado por el estado para evitar una fuerte devaluación. Pero el nuevo mercado paralelo serviría para unificar tanto el dólar blue, como el ahorro, como el turista en un mismo mercado legal, manejado por bancos y no por cuevas. La gran diferencia de aplicar esta medida sería mudar el mercado de capitales a este nuevo mercado legal: toda persona o empresa que quiera invertir en la Argentina podría legalmente traer sus dólares, venderlos en ese mercado y así hacerse de más pesos para invertir. Un gran incentivo para los inversores que hoy en día casi no traen dinero al país.
El valor del dólar en este mercado sería mucho más parecido al valor real que debería tener esta moneda que el que nos marca hoy el dólar blue. Sería un precio de referencia basado en variables concretas de la economía y mucho más estable que el mercado paralelo de hoy. Se evitaría la brecha entre el dólar ahorro y turista con el blue que permite que la gente con más poder adquisitivo se haga de dólares billetes para vender más caros.
Cuando Kicillof asumió a fines del año pasado hubo fuertes rumores de su implementación, pero nunca sucedió. Desdoblar el tipo de cambio sería aceptar que el dólar, en realidad, vale más de lo que el gobierno dice que vale, y esa es una discusión que en la Casa Rosada no están dispuestos a perder.
   

Seduce el verde papel,
billete del jefe norte,
que se oculta entre resortes
de camas y de somiers,
los tenemos por doquier
encanutados en arcas!

Date cuenta oligarca,
que, por vos tanto atesorar,
los buitres nos van a tragar.
¡Huyan todos a las barcas!

lunes, 25 de agosto de 2014

De dólares y devaluaciones - Parte 1

Dólar acá, dólar allá. Nos pasamos escuchando cuánto vale el dólar y más o menos lo único que sabemos es: Si sube es malo; si baja, por lo tanto, debe ser bueno. En reuniones con amigos si sale el tema de cuánto cuesta algo en otro país, por ejemplo, suele brotar algún comentario acerca del dólar y, si estamos afilados, nos animamos a predecir qué va a pasar con el oficial, el blue, etc. Por eso me pareció importante dedicarle unas palabras a este tema.
Dado que de esta cuestión hay mucha tela para cortar, lo voy a tratar en dos posts distintos. En este voy a hablar de la importancia que tiene el precio del dólar para un país en un sentido más amplio. En el segundo, voy a hablar de que está pasando con el dólar hoy en Argentina, los motivos del cepo, etc.
Los argentinos, como contaba en el post anterior (Inflación para todos), hemos sufrido durante casi todas nuestras vidas el problema de la inflación, que, en otras palabras, quiere decir desvalorización de la moneda (o también pérdida del poder adquisitivo de la moneda). La inflación resquebraja dos de las tres funciones del dinero: Una moneda con inflación no sirve como depósito de valor y una moneda con inflación sirve cada vez menos como unidad de cuenta, es decir, no sirve para poner precios de referencia a los bienes. Como respuesta a esto, los argentinos hemos depositado nuestra confianza en el dólar para cumplir, a veces, esas dos funciones: Ahorramos en dólares (los que pueden) y medimos muchos precios en dólares (terrenos, autos, inmuebles, etc). 
A simple vista, entonces, parece que el precio del dólar es algo que solo es relevante para las personas de clase media o alta. Pero esto es un grave error. Lo más importante no son estos aspectos. El valor del dólar, o también llamado tipo de cambio, determina cuántos pesos va a recibir un exportador por cada producto que venda al exterior y, por el camino inverso, cuántos pesos tenemos que pagar los argentinos por un bien que se importa. El precio de esta moneda es una variable fundamental para explicar el nivel de competitividad de un país. 
¿Qué quiere decir que un país es competitivo? Que tiene la capacidad de producir bienes para vender al resto del mundo a un precio similar al que son vendidos bienes equivalentes producidos por otros países. Que puede producir a precios que los consumidores de otros países están dispuestos a pagar. Que está en condiciones de competir con los otros países del mundo. Vale aclarar que un país puede ser más competitivo en una industria o rama que en otra. Por ejemplo Argentina es más competitiva en la producción de autos que en la de computadoras.
El tipo de cambio afecta a la competitividad de un país de la siguiente manera: Si se tiene un tipo de cambio apreciado, es decir, si el peso vale mucho y el dólar está barato, las importaciones van a estar baratas y los exportadores van a recibir muy pocos pesos por cada producto que vendan afuera y se va a perder competitividad. En los `90, Argentina tenía un tipo de cambio apreciado. Por otro lado un país puede tener un tipo de cambio depreciado, siendo necesarios muchos pesos para comprar un dólar. Un tipo de cambio depreciado favorece a los productores locales que van a ganar más plata por cada bien que exporten y van a tener menos competencia en el mercado local por el encarecimiento de las importaciones. Así el país gana competitividad. En los primeros años del kirchnerismo tuvimos un tipo de cambio depreciado. Por otra parte si un país con inflación no devalúa su moneda al mismo ritmo, su tipo de cambio se va apreciando y va perdiendo competitividad. Esto pasó durante el gobierno de Cristina (hasta la devaluación de enero).
Si tomamos en cuenta lo dicho arriba, devaluar parecería ser algo bueno para la economía, algo que da competitividad y aire a los productores. ¿Por qué entonces los gobiernos tienen miedo de devaluar la moneda si es una medida expansiva de la economía? Cuando, de un día para el otro, el dólar empieza a valer un 10, 20 o incluso 100 por ciento más, los bienes importados aumentan en ese mismo porcentaje. Una enorme cantidad de industrias en Argentina importan insumos para la producción y por lo tanto la devaluación les aumenta los costos y aumentan los precios. Por otra parte, una devaluación baja la capacidad de los argentinos de poder comprar dólares. A todos nos gusta cuando el dólar está barato: Te compras el último modelo de celular por muy poca plata, podes viajar más afuera, etc. Por último, lo más peligroso de una situación así es que genere una bicicleta de inflación-devaluación. El gobierno devalúa, acto seguido los precios suben y los sindicatos reclaman más aumentos, esta inflación vuelve a apreciar la moneda y el gobierno devalúa nuevamente formando una espiral que puede resultar muy peligroso. Esto es lo que el gobierno está tratando de evitar en estos momentos.


Argentinos pido perdón
Por cambiar tanto de valor
Ser malo no es mi intención
Pero me apura la inflación

Si todo sube un poco
No me voy a quedar solo
Porque si todo cuesta más
Yo no voy a quedarme atrás

sábado, 16 de agosto de 2014

Inflación para todos

¿Quién nunca presenció ese repetido momento en alguna reunión con amigos en la que los presentes empiezan a recordar con aires de nostalgia viejos precios? Para aquellos de mi edad conitos de McDonald’s a 50 centavos, bolsas repletas de caramelos por $1, botellas de bebidas cola por 75 centavos,  son algunos de los precios que encabezan la lista de los más nombrados. Preguntamos por un precio y recibimos como respuesta  un valor y una fecha, algo así como “me salió $100 pero el año pasado, ahora me mataste”.
La inflación es el desequilibrio económico que los argentinos más conocemos. Desde la primera presidencia de Perón hasta hoy (69 años) el país tuvo inflación alta. La única excepción a esta regla fue el periodo de la convertibilidad en los 90. De alguna manera todas las generaciones están acostumbradas a que “todo sube”. La idea del post de hoy es explicar algunas de las causas que tiene este fenómeno y ver qué soluciones existen.

Ranking de inflación de América Látina del año 2013

Causas

A la hora de explicar las causas de la inflación los economistas se dividen en dos bandos antagónicos. Entender las causas es fundamental para poder aplicar después una solución efectiva.
El primero de estos grupos, llamados comúnmente ortodoxos, sostiene que la causa central de la inflación es el exceso de emisión de dinero por parte del gobierno.
Voy a tratar de explicar detalladamente este mecanismo: Supongamos que en nuestro país-isla hay solo un bien que se produce y se puede comercializar, por ejemplo el coco. Más precisamente hay solo 100 cocos que posee el dueño de la única palmera. El resto de los habitantes de la isla tienen dinero. Entre todos suman $200 pesos para disputarse entre sí los cocos disponibles. El vendedor sabe esto y fija el precio de cada coco en $2 para venderlos todos al máximo precio posible. Ahora supongamos que un viajero llega a la isla con otros $200. En la economía van a circular a partir de su llegada, un total de $400.  Automáticamente el dueño de la palmera va a fijar el precio a $4 para poder maximizar su ganancia.
Si la cantidad de pesos en la economía crece constantemente a ritmo elevado, consecuentemente va a haber cada año más billetes por cada bien comerciable y por lo tanto esos bienes van a valer cada día más y los billetes, cada día, un poco menos.
En la otra vereda se encuentran los economistas más heterodoxos. Este grupo sostiene que la principal causa de la inflación son las disputas entre sectores por el reparto del ingreso. La inflación ya no depende tanto de lo que haga el gobierno sino más bien de la estructura económica del país.
Los heterodoxos sostienen que la inercia inflacionaria es determinante. Esto quiere decir que ante cierto nivel de inflación que hubo el año anterior, los trabajadores van a pedir aumentos de sueldos similares a ese nivel y para poder pagarles los empresarios van a subir los precios a porcentajes similares. Esto genera una bola de nieve que con el tiempo tiende a agrandarse más que a achicarse.
También suelen argumentar que la inflación se genera por falta de inversión de los empresarios, sobretodo de las grandes empresas que, al tener mucho poder, prefieren subir los precios a invertir para poder satisfacer a la nueva demanda. Para los heterodoxos la culpa no es del viajero que llega con esos $200 extra sino del vendedor de los cocos que no quiere plantar más palmeras.

Pero entonces ¿Cómo podemos bajar la inflación?

En Argentina existe una muy alta emisión que es consecuencia del enorme y desordenado gasto público que maneja el gobierno. Ni siquiera el aumento de los impuestos le alcanza a este gobierno para poder financiar todo lo que gasta. Está es para mí la principal causa de inflación en este país. Si a eso le sumamos la existencia de monopolios y oligopolios en la gran mayoría de las ramas de la economía más las dificultades que existen para invertir (en vez de aumentar precios) tenemos un caldo de cultivo perfecto para que los precios suban.
Si la inflación es culpa del exceso de emisión, como dicen los ortodoxos, entonces la solución tendría que ser simple: dejar de emitir tantos billetes. Y si la inflación es culpa de especulaciones de los empresarios poderosos y negociaciones salariales, como dicen los heterodoxos, entonces la solución también tendría que ser fácil: congelar los precios para que los trabajadores no pidan más aumentos y que los empresarios no puedan subir los precios.
Ambas soluciones se trataron de llevar adelante en la historia inflacionaria del país y como vemos, ninguna dio resultado. Cortar la emisión de un día para el otro puede llegar a provocar una fuerte recesión y los congelamientos de precios han fallado durante toda la historia de la humanidad ya que generan mercados negros, faltantes de productos además de resultar insostenibles con el tiempo.
Una solución que el mundo encontró para bajar la inflación en los últimos años (Actualmente solo 10 países, incluido el nuestro, tienen más de dos dígitos de inflación) es el llamado régimen de metas de inflación. El sistema consiste en bajar la inflación un poco cada año buscando llegar a una “meta de inflación” más baja cada año. Para que esto funcione es importante que el estado vaya reduciendo gradualmente el exceso de billetes que vuelca a la economía para que la gente vuelva a confiar en la moneda. Por otra parte es importante que los empresarios moderen las subas de precios para que los gremios no pidan tantos aumentos. Es un régimen que requiere de mucha credibilidad en el gobierno y de un fuerte acuerdo social pero, a pesar de esto, que funcionó en casi todo el mundo.
Actualmente el gobierno no podría llevar adelante un régimen de este tipo porque no cuenta con la credibilidad necesaria y ni siquiera reconoce el verdadero nivel de inflación. Pero creo que cualquier candidato que gane en el 2015 lo podría aplicar con éxito.


Le conté a mi amigo Guillote Moreno que iba a hacer un post sobre la inflación, pero se enojó conmigo y me dejó este poema para que puedan disfrutar:

En el país no hay inflación,
no le crean a este pibe.
No hay que ser detective,
nada más que una sensación.
Mentiras de la oposición
y del gordito Lanata
¡La carne esta tan barata!
Si no comes con seis pesos
seguro que sos obeso.
La inflación, es pura sanata.









jueves, 7 de agosto de 2014

Patria o buitres


¿Default? ¿Qué es eso?

   Para arrancar es importante explicar qué quiere decir que un país caiga en un default: Un default se da cuando un país deja de pagar, parcial o totalmente, las deudas que contrajo (ya sea con otros países, organismos internacionales o agentes privados/bonistas). Cuando un país cae en default queda imposibilitado de pedir nuevos préstamos y la confianza en ese país cae notoriamente a punto tal de que pueden bajar a cero las inversiones extranjeras.
   Algunos economistas diferencian dos tipos de default. El primero es el default que podemos llamar clásico: El país se queda sin plata para pagar a sus acreedores y decide suspender algunos o todos sus pagos de deuda. Argentina a finales de 2001 tuvo un default de este tipo. El segundo tipo es el llamado “default técnico”. En esta categoría están incluidos todos los casos en los que el país tiene el dinero pagar pero, por alguna circunstancia financiera, legal, etc., no puede pagar a sus acreedores. El default en el que cayó Argentina la semana pasada es de esta última categoría.
   No es lo mismo para un país incurrir en un default clásico que en uno más bien técnico. El segundo es menos grave para la economía y no necesariamente daña la confianza en ese país. 
   El primero de agosto, Argentina entró en un default técnico parcial. La justicia de Estados Unidos le prohibió que siga pagando a los bonistas si no le paga antes a los fondos buitres.  Pero esta norma rige solamente en este país, por lo tanto puede seguir pagando (y ya lo hizo) a otros acreedores y bonistas en otras partes del mundo.
   
¿Qué son los fondos buitres?

   Aclaremos antes que nada que lo que hacen los fondos buitres es legal. No solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Que sea ético o no, no es tema de la economía.
   Cuando un país necesita plata para financiarse vende bonos que cualquier persona puede comprar. Los bonos son como pagarés que tienen un interés y una fecha pactada de pago (o varias fechas si se paga en cuotas). Juan Pérez puede comprarle un bono a la Argentina por $100 y a los 5 años, por ejemplo, cobrar esos $100 más los intereses. Pero si Juan Pérez necesita la plata antes puede vender ese bono a Paco Gutiérrez y ser este último el que cobre ese bono a los 5 años. El precio por el que Juan va a vender su bono puede ser más alto o más bajo dependiendo de varios factores: lo que falta para que se cumpla el plazo de pago, que probabilidad hay de que el país finalmente lo pague, etc.
   Desde la última dictadura hasta el 2001 Argentina acumuló mucha deuda, es decir emitió muchos bonos. Para darle seguridad a los bonistas/acreedores y pagar menos tasas de interés emitió esos bonos bajo ley de Estados Unidos. Por lo tanto cualquier disputa legal que haya por esos bonos los resolvería la justicia de  ese país.
   Cuando se espera que esos bonos no se paguen o que su pago se atrase mucho tiempo (como pasó con los bonos emitidos por Argentina después del default del 2001), el precio de esos bonos se desmorona.
   Ahí aparecen los buitres. Estos le dicen a Juan: “Flaco, esto no te lo van a pagar por mucho tiempo y encima te van a pagar menos, te lo compro yo, ya y por $30”. Y así, los buitres compran pagarés que valían $100 más intereses por solo $30 esperando que puedan forzar al país a pagarles todo.
   Argentina propuso en 2005 y 2010 ofertas de pago a aquellos que tenían bonos en los llamados canjes de deuda. En un canje de deuda el país le dice a los bonista: “Dame tu bono viejo que se defaulteo y te lo canjeo por uno nuevo con nuevos plazos y nuevos montos de pago”. A pesar de que los nuevos bonos que Argentina ofreció a los acreedores pagaban considerablemente menos que los viejos bonos, el 92,4% de los bonistas aceptaron esa propuesta. Esto pasa porque si todos pretenden cobrar el total de los montos pactados al principio, el país no puede pagar y nadie cobra nada. Desde esas fechas Argentina viene pagando en muchas cuotas a los acreedores que aceptaron el canje.
   Pero un pequeño grupo no acepto estas propuestas porque pretenden cobrar el total del valor del bono. En este 7,6% restante se encuentran los fondos buitres. Estos consiguieron que la justicia de Estados Unidos obligue a la Argentina a pagar el total del valor de los bonos. Como la argentina se negó, la justicia norteamericana le prohibió seguir pagando las cuotas de algunos de los bonos que había pactado con los que sí aceptaron las propuestas de 2005 y 2010.
   Argentina no está en default por no pagar a los buitres, sino porque no pagó (por el bloqueo de la justicia) a los bonistas que habían canjeado sus bonos en 2005 y 2010.

¿Qué consecuencias tiene?

   Son muy inciertas las consecuencias que puede tener esta situación por ahora. Para empezar, el gobierno e incluso algunas entidades privadas internacionales dicen que el país en realidad no está en default. Algunos economistas sostienen que esto va a empeorar la situación de la economía, sobre todo por el aumento del dólar blue y la disminución de inversiones. De momento el blue, que suele ser muy volátil, no subió respecto a la semana pasada y las inversiones ya se encontraban muy bajas antes del default. Muchos países del mundo, por otra parte, apoyan a la Argentina en este litigio y la reputación del país no se vio afectada.
   Por ahora estamos en un periodo de stand by, o mejor dicho, con los mismos problemas de antes.


Y para rematar (ponelé música de payada de fondo)
https://www.youtube.com/watch?v=cfSvedRji1k



Esta estrofa es pa Griessa
el juez de Estados Unidos
que jovato y atrevido
banca a la gente burguesa.
Buitres los que lo manejan
expertos titiriteros
de intereses extranjeros.
Será dura la pelea
no nos pondrán la correa.
Patria o buitres compañeros.