lunes, 22 de septiembre de 2014

Así estamos país

El país está transitando un año muy complicado en materia económica. Es, sin duda, el peor año de todo el periodo kirchnerista. La inflación de este año va a ser cercana al 40%, el PBI (producción total de la economía) va a caer alrededor de 2,1%. Como consecuencia de esto, va seguir subiendo el desempleo y subsiguientemente, la pobreza. A parte los problemas internos, el conflicto con los fondos buitres no está cerca de solucionarse.
Mientras tanto, el gobierno no está tomando ninguna medida importante para aminorar los problemas internos; a grandes rasgos la política económica del gobierno sigue siendo la misma: No reconoce el verdadero nivel de inflación y le atribuye las culpas a los empresarios, el gasto público crece a un ritmo altísimo (cerca del 50% con respecto al año pasado, o sea, más que la inflación) y la presión de los impuestos sigue siendo muy alta.
A continuación, un resumen de algunos de los temas más importantes de las últimas semanas. 



El gabinete sin corbata de economía

Subida del dólar blue

Como ya comenté en algún pasado post, este precio no es un indicador seguro del verdadero valor que tendría que tener el dólar. Es, más bien, un indicador de la confianza en el peso que tienen los argentinos que ahorran. Mientras mayor sea el miedo a la devaluación y al crecimiento de la inflación, más rápido irán a comprar dólares al mercado paralelo y más rápido va a subir el precio.  Varios economistas coinciden en que ese precio está un poco alto. Es un precio político, es el precio que pagamos los argentinos por la desconfianza que existe en los sectores con mayor poder adquisitivo hacia las políticas que lleva adelante el ministro de economía.
Sin embargo, no hay que dejar de mencionar que hay muchos grupos financieros que se benefician con esta brecha de precios. Al mismo tiempo, los medios le dan demasiada importancia y crean un clima negativo que empuja a más personas a querer comprar, y a hacerlo rápido.

Ley de abastecimiento

El gobierno logró la aprobación sin problemas de esta polémica ley. La gran mayoría de los empresarios, las cámaras que los agrupan y toda la oposición la califica como “un disparate”. Cualquier empresario se va a oponer a ser controlado, más aún, la oposición califica todo lo que hace el gobierno con la misma palabra. Por esto me tomé el trabajo de leer los puntos más importantes de la ley. Expliquemos que tiene de nuevo con respecto a la anterior.
Por una parte se le da al estado la posibilidad de intervenir en cualquier transacción que el gobierno entienda que esté orientado al bienestar general de la población. Esto es un tanto ambiguo, es decir, no se especifican las posibilidades de intervención ni los criterios para considerarlo “orientado al bienestar general de la población”. Este punto da demasiado poder al estado.
Por otra parte se le da al  gobierno la posibilidad de establecer precios máximos y mínimos. Esto es algo que el gobierno ya venía haciendo en buena medida, así que no es ninguna novedad. Además, el estado ahora va a poder determinar los márgenes de ganancia para las empresas. Esto es un tanto impracticable porque muchas veces ni las empresas saben el margen de ganancia que les brinda cada uno de sus productos, así que va a ser muy difícil que el gobierno intervenga de esta manera.
Lo más grave, desde mi punto de vista, es la clausura o multa para aquellos establecimientos o empresas que suban mucho los precios, acaparen mercadería o “obtengan una ganancia abusiva”. ¿Cuál es el criterio para decir que una ganancia es “abusiva”? ¿Aparece cuando al consumidor no le queda otra opción? ¿Algún empresario no va a subir los precios si las personas siguen pagando por ello? La ambigüedad de la ley es lo que permite suponer que puede llegar a ser utilizada por el estado como herramienta de coerción y que no respeta la libre empresa.
Cualquier gobierno se debería ocupar de fomentar la producción y de aumentar la competencia entre las empresas antes que controlarlas. A mayor cantidad de empresas, menos aumentos injustificados de precios.
De todos modos, debemos esperar a que la justifica ratifique la constitucionalidad de ley. Y eso va a tardar más tiempo de lo que le queda a este gobierno.

En que andan los buitres 

El gobierno aprobó en el congreso la llamada ley "de pago soberano". La idea básica de esta norma es lograr que los acreedores del país que tienen bonos sometidos a la ley de Estados Unidos (es decir, sometidos al bloqueo impuesto por el juez Griessa), los cambien por otros que se encuentren bajo ley argentina (o bajo ley francesa para dar más seguridad). Es un intento de gambetear a los buitres.
Por un lado, esta ley muestra voluntad de pago: “La Argentina está dispuesta a pagar a todos sus acreedores pero es el juez Griessa el que no nos deja pagar. Cambien sus bonos y les vamos a poder pagar lo mismo y en los mismos términos que antes”.  Por otro lado muestra que el país no tiene intención de pagarle a los fondos buitres ni de arreglar con ellos alguna forma de pago, lo que parece ser una forma de querer esquivar un fallo firme de la justicia de Estados Unidos.
Uno de los problemas que presenta esta ley es que hay muchos acreedores que no son personas físicas sino sociedades y fondos de inversión. En muchos casos, estos grupos tienen prohibido tener activos en el extranjero. Por lo tanto, algunas sociedades estadounidenses que tengan bonos argentinos no los van a poder cambiar por más que quieran. Otros, simplemente, no van a querer hacerlo.
A los fallos hay que cumplirlos todos, tanto los de acá, como los de allá. Argentina apeló y perdió y ahora en algún momento va a tener que cumplir, ya sea ahora, en un año o el gobierno que venga. En algún momento vamos a tener que pagarle a los fondos buitres; no vamos a poder estar en default por siempre.
A pesar de las críticas que recibió esta ley por parte de la oposición fue apoyada por varios economistas no kirchneristas como Domingo Cavallo y Lucas Llach.


En épocas de parciales
rimar se pone difícil.
La creatividad en crisis;
las neuronas: vegetales.

Las noticias principales
no siempre son las mejores.
Lo lamento mis lectores,
serán mejores el día
que el bloguero economista
sustituya a estos traidores.

jueves, 4 de septiembre de 2014

De dólares y devaluaciones - Parte 2

Dólar blue, dólar oficial, dólar ahorro, dólar turista, contado con liqui, etc. Le debemos pura y exclusivamente al cepo cambiario esta diversa cartera de moneda extranjera. En un país normal alcanzaría con lo que dije en el post anterior para entender ligeramente la importancia que tiene el valor del dólar. Pero en Argentina; como en Venezuela, en Afganistán y en los países comunistas; la venta de dólares al público al tipo de cambio oficial está prohibida.

Pido perdón por la extensión,
pero de esto hablaré a continuación:
Historia del cepo, de 2011 hasta hoy.
De los tipos de dólares daré explicación.
Más una propuesta de solución
para salir de esta situación.

El cepo
Corría el mes de octubre de 2011 y algunas empresas y empresarios corrían a los bancos. El gobierno acuso a los especuladores de siempre de realizar una corrida bancaria pero la realidad era que el dólar estaba tremendamente barato. (Por ese tiempo cotizaba a 4,25; en los dos años anteriores se había devaluado un 11% mientras que la inflación acumulada había sido de un 55% aproximadamente. O sea, todo valía más excepto el dólar). Con un tipo de cambio que se venía apreciando mucho en los años anteriores no era la oligarquía la que pedía una devaluación, sino la economía en general.
Por motivos ideológicos y políticos el gobierno se negó a devaluar, pero todavía tenía que encontrar una solución a la fuga de dólares. Una solución que no sea subir su precio. Si bien existían reservas suficientes para demorar más la decisión y seguir sosteniendo el dólar barato, dispusieron establecer el cepo cambiario. Automáticamente se creó el mercado paralelo de dólares, la demanda por dólares aumento por el miedo de los ciudadanos a una devaluación, los exportadores empezaron a atrasar sus ventas al exterior y los importadores a adelantar sus compras temiendo un dólar más caro en los siguientes meses. Las reservas pasaron de ser 52 mil millones de dólares a principios del 2012 a 30 mil millones a fines de 2014 y nuestro principal problema hoy es la falta de dólares en el estado, algo extraño teniendo en cuenta que somos uno de los países con mayor cantidad de dólares per cápita en poder de los habitantes.
El cepo genero todo tipo de desequilibrios en la economía. Los viajes al exterior y los bienes importados se abarataron relativamente porque mientras la inflación seguía, el dólar oficial se mantenía. Muchas personas comenzaron a aprovechar estas diferencias para viajar y se acrecentó la salida de dólares también por la vía del turismo. Nacieron los viajes fugaces a Uruguay para sacar dólares de cajeros automáticos, pagarlos al dólar oficial o con un leve recargo y venderlos en el mercado paralelo.
La brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo se mantuvo siempre alta y nunca dio la posibilidad de volver a unificar el mercado. Los argentinos no sabemos realmente cuánto valen nuestros bienes porque no sabemos qué valor del dólar es el verdadero.

Los mil y un dólares
Para que se entienda un poco más esto voy a explicar algunos de los tipos de cambio que tenemos hoy en nuestro país.
·Dólar oficial: Es el tipo de cambio con el que se maneja gran parte de la economía. Los importadores pagan este valor por lo que traen de afuera y los exportadores reciben esa cantidad de pesos por lo que exportan. Por último, si algún extranjero quiere invertir legalmente en nuestro país va a tener que aceptar que le paguen este tipo de cambio, bastante menos que lo que podría conseguir en el mercado paralelo.
(Aclaración: los sojeros no reciben dólares billetes por lo que exportan sino que les pagan el equivalente en pesos, es decir, el estado se queda con todos los dólares que entran al país por el comercio. Tranquilos, esto es así en todos lados).
·Dólar blue o paralelo: Es el mercado completamente libre, aunque ilegal, donde cualquier persona puede comprar sin restricciones. Es un mercado muy chico y es usado por muchos para especular. Importante: no refleja necesariamente el valor que debería tener el dólar si no existiese el cepo.
·Dólar ahorro: A principios de este año el gobierno habilito a las personas que ganan al menos dos sueldos mínimos a comprar dólares al tipo de cambio oficial más un recargo del 20%. Una medida que ayuda a los que más tienen pero que baja la demanda de dólares en el mercado blue.
·Dólar turismo: Dólar oficial más 35% de recargo. Es el precio que pagan las personas por retirar moneda extranjera en cajeros o por comprar algo con tarjeta en el exterior.
·Dólar fuga, bolsa o contado con liquidación: Mecanismo que utilizan grandes empresas y empresarios a través de la bolsa para hacerse de dólares legales a un precio más barato que el dólar blue.

Una posible solución
Un paso que se podría dar en favor de la unificación del mercado del dólar sería el desdoblamiento formal y legal del tipo de cambio. En palabras sencillas: legalizar el mercado paralelo. El dólar oficial seguiría existiendo como existe ahora, cumpliendo sus mismas funciones y seguiría estando regulado por el estado para evitar una fuerte devaluación. Pero el nuevo mercado paralelo serviría para unificar tanto el dólar blue, como el ahorro, como el turista en un mismo mercado legal, manejado por bancos y no por cuevas. La gran diferencia de aplicar esta medida sería mudar el mercado de capitales a este nuevo mercado legal: toda persona o empresa que quiera invertir en la Argentina podría legalmente traer sus dólares, venderlos en ese mercado y así hacerse de más pesos para invertir. Un gran incentivo para los inversores que hoy en día casi no traen dinero al país.
El valor del dólar en este mercado sería mucho más parecido al valor real que debería tener esta moneda que el que nos marca hoy el dólar blue. Sería un precio de referencia basado en variables concretas de la economía y mucho más estable que el mercado paralelo de hoy. Se evitaría la brecha entre el dólar ahorro y turista con el blue que permite que la gente con más poder adquisitivo se haga de dólares billetes para vender más caros.
Cuando Kicillof asumió a fines del año pasado hubo fuertes rumores de su implementación, pero nunca sucedió. Desdoblar el tipo de cambio sería aceptar que el dólar, en realidad, vale más de lo que el gobierno dice que vale, y esa es una discusión que en la Casa Rosada no están dispuestos a perder.
   

Seduce el verde papel,
billete del jefe norte,
que se oculta entre resortes
de camas y de somiers,
los tenemos por doquier
encanutados en arcas!

Date cuenta oligarca,
que, por vos tanto atesorar,
los buitres nos van a tragar.
¡Huyan todos a las barcas!